Sigue averiguando del origen de los nombres de los elementos químicos. Este es el segundo artículo de la serie de tres: «Como se nombran los elementos químicos», «Etimología de los elementos químicos» y «Los elementos químicos españoles«.
Nombres originarios de la antigüedad
A priori podría parecer que cada elemento químico es representado por su símbolo, éste tiene que ver con su nombre y está formado por una o dos letras, la primera siempre escrita en mayúscula. Así por ejemplo: Cobalto: Co, Calcio: Ca, helio: He, carbono: C, oxígeno: O, etc.
Pero por desgracia, no es así , por ejemplo hierro se escribe Fe, oro Au,…entre otros casos. La razón no es otra que muchas de estas sustancias se conocen desde antiguo y su símbolo deriva del latín, que fue lengua de intercambio científico hasta avanzado el siglo XVIII. Es por ello, que ciertos elementos tienen nombres latinos que difieren bastante de su nombre en español y de los cuales se ha obtenido su símbolo, veamos algunos de los más conocidos:
sodio natrium Na
potasio kalium K
hierro ferrum Fe
cobre cuprum Cu
plata argentum Ag
oro aureum Au
mercurio hidrargirium Hg
fósforo phosphorus P
azufre sulphur S
antimonio stibium Sb
estaño stannum Sn
plomo plumbum Pb
Es importante tener en cuenta que hay casos en que no está completamente claro el origen del término que nombra al elemento, existiendo discrepancias al respecto.
Como curiosidad, en el caso del mercurio, que es uno de esos elementos que su nombre no se corresponde en absoluto con su símbolo, su origen se encontra en el nombre que le daba Dioscórides: plata acuática, en griego hydrárgyros: hydra («agua») y gyros («plata»). Pueden formar parte de este grupo el carbono, cuyo origen se supone griego carbonis o latino carbon. El azufre, latín sulphur o sánscrito sulveri («enemigo del cobre»), el berilio del latín beryllus («refulgir») y éste del griego béryllos. Calcio, su procedencia etimológica deriva del latín calx, calcis («cal») o radio del latín radius («rayo»).
Vamos a ver más casos, donde el griego se ha usado abundantemente en la nomenclatura de los elementos químicos: hidrógeno de hidros («agua») y genos («generador»), es decir «el que genera agua»; oxígeno de oxis («ácido») y genos («generador»), «el que genera ácidos»; nitrógeno de nitron («putrefacción») y genos («generador»). Neodimio, su nombre deriva del griego neo («nuevo») y dídymos («gemelo»). Actinio del griego aktis, aktivos, («rayo luminoso»). Proacticio, procede del griego protos, que significa («primero») y aktis, aktivos, («rayo luminoso»), inicialmente se denominó «protoactinio» («progenitor del actino»), ya que al descomponerse radiactivamente el isótopo 231Pa se obtenía el actinio, más tarde se llamaría protactinio.
La procedencia etimológica del lantano debe relacionarse con la expresión griega lanthano («estoy escondido»), se descubrió a partir del cerio y es uno de los elementos más reactivos de las tierras raras. Zirconio, del griego zirkon y éste del persa zargun, que significa («color de oro»). Arsénico, su etimología procede del latín arsenicum, y éste del griego arsen y, a su vez, del persa zarnik («oro»). Molibdeno, su nombre deriva del griego mólybdos («como plomo»), debido al hecho de que, antiguamente, se pensaba que la molibdenita era un mineral de plomo. O cobre, del latín cuprum, y éste a su vez de la expresión aes cyprium que significa («de Chipre»).
En menor medida, el árabe también se ha usado para algún que otro elemento. No debe extrañarnos porque los primeros alquimistas fueron árabes. Ejemplos de nombres árabes de elementos son: boro procede de bawraq o zirconio de zergum («dorado»).
Cobalto, su nombre deriva del alemán Kobold («duende») de la Edad Media, se debe a una superstición de los mineros, que consideraban que este metal tenía menos valor que la plata, y creían que cuando lo hallaban un duende robaba la plata y ponía cobalto en su lugar. Níquel, también del alemán Kupfernickel («diablo del cobre»), el nombre proviene de un mineral que el mineralogista sueco Hierne confundió con cobre. Zinc, el nombre viene del alemán Zink, Zinke significaba («púa») en alemán antiguo, de donde toma el nombre, porque en el horno se deposita en forma de púas.
La teminación «on» se utiliza para casi todos los gases nobles: Neón ( de neos «nuevo»). Argón, su etimología deriva del griego argón, neutro de argós («inerte, inactivo»). Criptón, procede de la palabra griega kryptós («oculto»). En el caso de Xenón deriva del griego xenos («extraño, raro»). Radón la primera sílaba de su nombre procede de («radio»), Friedrich Ernst Dorn demostró que uno de los productos de la descomposición del radio era un nuevo elemento, por lo que, inicialmente se le denominó emanación del radio o nitón, del latín nitens («brillante»).
Nombres derivados de cuerpos celestes
Aparentemente podría parecer muy fácil de indentificar los elementos con dichos nombres, pero no sólo la forman los clásicos elementos con nombres de planetas sino que también se derivan nombres de asteroides, del sol o incluso de la luna.
Comenzando con los planetas, seguro que puedes reconocer la referencia a Urano en el elemento uranio (que fue descubierto sólo 8 años después de que lo fuese el planeta) o la relación de los dos elementos siguientes denominados neptunio y plutonio, en referencia a la sucesión de los dos últimos planetas en el sistema solar (actualmente Plutón no es considerado planeta, sino planeta enano desde 2006 según la Unión Astronómica Internacional (UAI). Pero ya no es tan evidente la relación del telurio con el nombre de la Tierra en latín Tellus(-uris) o fósforo del latín phósphoros, y éste del griego phosphóros, que significa («portador de luz»), antiguo nombre de Venus.
Derivado de la luna (selene) está el selenio, mientras que del sol (helios) helio, ambos nombres procedentes del nombre de estos astros en griego.
Pero más desconocidos son los nombres de dos elementos derivados de los dos primeros asteroides descubiertos: Ceres y Palas, dando lugar al cerio y paladio respectivamente, hallados sólo dos y un año después de que lo fuesen sus correspondientes asteroides.
Nombres derivados de la mitología
La relación de los nombres de elementos con la mitología es bantante clara, como también lo es la relación entre el mundo de la mitología y la nomenclatura de los cuerpos celestes. Por ejemplo, el asteroide Ceres había recibido su nombre en honor a Ceres, diosa romana de la agricultura, o el asteroide Palas que obtuvo su nombre de Palas o Atenea, diosa de la sabiduría en la mitología griega.
Además también tenemos en esta categoría elementos como el tántalo, procede de Tántalo (hijo de Zeus), en la mitología este personaje sufre un castigo por entregarle la bebida de los dioses a los humanos, siendo condenado con el hambre y la sed eternas, lo que se relaciona con la capacidad de este metal de no ser atacado por los ácidos. El niobio, Níobe (hija de Tántalo), fue descubierto en el mineral tantalita, que contenía tantalio, por lo que se le puso el nombre de la hija del personaje que daba nombre al elemento ya conocido. Prometio en honor a Prometeo (Prometheus), el personaje mitológico que robó el fuego a los dioses para la humanidad. Titanio procedente de los Titanes, hijos de Urano. Iridio de la diosa griega Iris. Torio en referencia a Thor, dios de la guerra nórdico o vanadio deriva de Vanadis, la diosa de la belleza en la mitología nórdica.
Nombres derivados de sus minerales o compuestos derivados
Otros muchos elementos como por ejemplo el aluminio, bario, samario, silicio o gadolinio toman su nombre de los minerales o compuestos de los que forman parte, es el caso del alumbre, baritina, samarskita, sílex y gadolinita respectivamente.
Para el litio, el nombre le viene de la palabra griega lithos («piedra»), Arfwedson en 1817 descubrió el litio, al ponerle el nombre se tuvo en cuenta el hecho de que se había descubierto en el reino mineral, ya que el resto de los metales alcalinos fueron descubiertos en tejidos de plantas.
Nombres derivados de colores
En este caso la propiedad a destacar es el color para la elección del nombre, bien sea del elemento propiamente o de alguno de sus compuestos más importantes.
Del griego proceden los nombres del cloro khloros («amarillo verdoso»); el cromo khroma («color»), debido a los distintos colores que presentan sus compuestos; el yodo ioeides («violeta»); el praseodimio prasios («verde») y didymos («gemelo»); el rodio rhodom («rosado») y el talio thallos («rama verde») por el brillo de color verde en las líneas de su espectro de emisión.
Del latín tenemos el cesio caesius («azul celeste»), el indio indium («índigo, añil») y el rubidio rubidius («rojo muy intenso») por las dos rayas rojas características de su espectro de emisión.
Del alemán deriva el nombre del bismuto weiße Masse («masa blanca»).
Nombres derivados de propiedades diferentes al color
Otras propiedades son: el olor, en el osmio del griego osme («olor») debido al fuerte olor del OsO4 y en el bromo del griego bromos («hedor, peste»); la baja calidad respecto a la plata (según sus descubridores) en el platino que procede de la palabra castellana platina; la dificultad de su obtención en el disprosio del griego dysprositos («difícil de obtener»); la inestabilidad debido a la propensión a la desintegración radiactiva en el ástato, del griego A-statos («inestable») o el hecho de ser producido de forma artificial en el tecnecio, del griego technetos («artificial»).
Nombres derivados de países o ciudades
En este caso se puede reconocer el origen del término que nombra al elemento (exceptuando casos donde no se usa el nombre actual sino el latino). Las razones por las que un elemento recibe el nombre de un determinado país o ciudad son diversas: para destacar la nacionalidad del descubridor, el país donde fue descubierto o simplemente para honrar el trabajo realizado en un cierto lugar en lo referente a la investigación química (como es el caso de Berkeley, Darmstadt o Dubná, lugares donde se sitúan importantes laboratorios de investigaciones nucleares, responsables de la síntesis de los últimos elementos químicos desde mediados del siglo pasado).
– América: americio
– Alemania: germanio y hassio (este último derivado de Hassias, nombre latino para Alemania)
– Berkeley (California, EEUU): berkelio
– California (EEUU): californio
– Copenhague: hafnio (nombre latino de la ciudad, Haffnia)
– Darmstadt (Alemania): darmstadtio
– Dubná (Rusia): dubnio
– Escandinavia: escandio y tulio (derivado de Thule, nombre latino para Escandinavia)
– Estocolmo: holmio (nombre latino de la ciudad Holmia)
– Europa: europio
– Francia: francio, galio (este último procede de Gallia, nombre latino para Francia)
– Isla de Chipre: cobre
– Kadmeia (Grecia): cadmio
– Magnesia (Thessaly, Grecia): magnesio y manganeso
– París: lutecio (derivado del nombre de la ciudad en latín Lutecia)
– Polonia: polonio (por el país de nacimiento de su codescubridora Marie Curie)
– Rhin: renio (derivado de su forma en latín Rhenus)
– Rusia: rutenio (derivado de su forma en latín Rutenia)
– Strontian (Escocia, RU): estroncio
– Ytterby (Suecia): erbio, iterbio, itrio y terbio (en la mina de este pueblo se descubrieron una gran cantidad de elementos, entre los que se encuentran estos cuatro que tomaron su nombre para la posteridad de diferentes formas)
– Recientemente se ha puesto nombre livermorio en honor al Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, en Livermore, California.
Nombres en honor a grandes personajes de la ciencia
En el caso de los siguientes elementos, su nombre se ha puesto en honor a grandes personajes, hombres y mujeres que han dedicado su vida al mundo de las ciencias y, con su trabajo, han contribuido a completar la tabla periódica hasta el punto en que la estudiamos hoy en día.
– Bohrio: en honor de Niels Bohr, físico danés
– Copernicio: en honor de Nicolás Copérnico, astrónomo polaco
– Curio: en honor de Marie Curie, física polaca y Pierre Curie, físico francés
– Einstenio: en honor de Albert Einstein, físico alemán
– Fermio: en honor de Enrico Fermi, físico italiano
– Gadolinio: en honor de J. Gadolin, químico finlandés
– Laurencio: en honor de E. O. Lawrence, físico estadounidense
– Meitnerio: en honor de Lisa Meitner, física austríaca
– Mendelevio: en honor de D. I. Mendeléiev, químico ruso
– Nobelio: en honor de Alfred Nobel, químico sueco
– Roentgenio: en honor de W. C. Roentgen, físico alemán
– Rutherfordio: en honor de Ernest Rutherford, físico inglés
– Samario: en honor de I. Samarski, coronel ruso
– Seaborgio: en honor de Glen Seaborg, químico estadounidense
Nomenclatura de los nuevos elementos
Por último vamos a descubrir por fin el sentido de esas palabras tan raras que empiezan por “u”. Fueron muchas las disputas que surgieron a mediados del siglo XX, en el seno del mundo científico, motivadas por cuál sería el criterio escogido para dar nombre a los nuevos elementos químicos descubiertos.
Tantas que, en 1978, la Comisión de Nomenclatura de Química Inorgánica de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) estableció unas normas sistemáticas para la nomenclatura y simbología de los elementos químicos, de número atómico superior a cien (100). En su elaboración se utilizó el latín y la siguientes reglas:
1.- El nombre del elemento deriva directamente de su número atómico. Que se separará en dígitos nombrando cada dígito con el nombre-raíz, mezcla de griego y latín:
0 = nil; 1 = un; 2 = bi; 3 = tri; 4 = quad; 5 = pent; 6 = hex; 7 = sept; 8 = oct; 9 = enn
2.- Las raíces latinas se unirán entre sí en el mismo orden que se presentan los dígitos en el número y se completarán con la terminación -ium (-io en español).
3.- El símbolo del elemento se formará con las iniciales de las tres raíces, poniendo la primera en mayúscula. Con estas normas los nombres y símbolos de estos elementos químicos son los siguientes:
101 Unnilunio Unu
102 Unnilbio Unb
103 Unniltrio Unt
104 Unnilquadio Unq
105 Unnilpentio Unp
106 Unnilhexio Unh
107 Unnilseptio Uns
108 Unniloctio Uno
109 Unnilennio Une
110 Ununilio Uun
111 Unununio Uuu
112 Ununbio Uub
113 Ununtrio Uut
114 Ununquadio Uuq
115 Ununpentio Uup
116 Ununhexio Uuh
117 Ununseptio Uus
118 Ununoctio Uuo
119 Ununennio Uue
120 Unbinilio Ubn
Sin embargo, en 1995 la IUPAC volvió a cambiar de criterio y se aceptaba de nuevo la nomenclatura de los elementos a partir de personalidades históricas. La controversia volvía y de hecho continúa hasta nuestros días. Elementos como el meitnerio, el roentgenio, el livermorio o el flerovio han sido objeto de polémicas a la hora de ponerles nombres y mucho me temo que se seguirán repitiendo en el futuro.
Para terminar, en 2012 los elementos superpesados 114 y 116 de la tabla periódica recibieron oficialmente los nombres de Flerovio y Livermorio respectivamente, en honor a los laboratorios donde fueron sintetizados. El flerovio (con símbolo atómico Fl) fue escogido en honor del Laboratorio de Reacciones Nucleares Flerov, donde fueron sintetizados elementos superpesados, además Georgiy N. Flerov (1913-1990) fue un físico de renombre que descubrió la fisión espontánea del uranio y pionero en la física de iones pesados. El livermorio (símbolo atómico Lv) fue elegido en honor al Lawrence Livermore National Laboratory (LLNL) y la ciudad de Livermore, California. Y desde 2016, cuatro nuevos elementos completan la tabla.
Finalmente, solo recordarte en muchos casos el origen del nombre no está totalmente claro, y existen varias explicaciones para un mismo elemento. ¡Enhorabuena si has seguido leyendo hasta aquí!, espero que tu curiosidad haya quedado satisfecha. ¡No te pierdas el siguiente artículo de la serie! 😉
Fuentes
“Que es y para qué. Elementos químicos y sus aplicaciones” (F. Franco Ibeas) Ed. Index (Madrid-Barcelona), 1983.
es.wikipedia.org/wiki/Elemento_qu%C3%ADmico
triplenlace.com/2014/12/21/el-origen-de-los-nombres-de-los-elementos-quimicos/
www.pliegosdeyuste.eu
Imagen: flickr «mercury element» por Mrs Pugliano bajo CC BY 2.0
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Muchísimas gracias, me ayudaron en el 90% de todo lo que necesitaba, estoy muy agradecido <3
El artículo no explica claramente como se aplica la regla de abundancia de los elementos para asignar el simbolo. Estaba buscando ejemplos para explicar el tema pero continúo sin encontrar ejemplos claros de la aplicación de las reglas IUPAC. Sin embargo encontré información muy interesante no relacionada con lo que buscaba.
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Me dijo de todo y necesitaba solo el griego y el latin
Me gusto mucho
Muchas gracias
Ojalá sigan haciendo esas paginas con otros temas
Muchas gracias, me sirvió para mi tarea de química.
Cuando veo estos artículos tan buenos, lamento y extraño no haberlos tenido en mi época. Esta manera de compartir los conocimientos es maravillosa. Muchas gracias.