Es el elemento número 63 de la tabla periódica, del grupo de los lantánidos y se encuentra intercalado entre el samario y gadolinio. Su estado natural es sólido en forma de óxido (III), principalmente formando parte de la Monacita, término que se usa para designar a un grupo de cuatro minerales distintos (fosfatos de calcio, torio, cerio, y de muchas otras tierras raras). Hasta hace pocos años no se había obtenido su forma pura metálica, siendo este casi tan duro como el plomo, pesado y bastante dúctil. Arde en el aire entre 150 a 180 ºC (como todos los actínidos y lantánidos a excepción del lantano), con llama roja. Es el más reactivo de los metales del grupo (junto con el cerio) ya que rápidamente se oxida en el aire. Actualmente, se conocen 17 isótopos del europio, algunos son buenos absorbiendo neutrones y son estudiados para ser usados en aplicaciones en el control nuclear.
El europio fue observado por primera vez por el francés Paul Émile Lecoq Boisbaudran en 1890. Estaba estudiando los espectros de emisión del gadolinio y el samario y descubrió unas líneas que no correspondían a ninguno de los dos elementos. Sin embargo, no fue él quien lo aisló, sino Eugène-Anatole Demarçay, un espectroscopista conocido por haber ayudado a los Curie a identificar el radio. Demarçay tenía unas muestras de samario que, tal y como le había pasado a Lecoq, daban unas líneas espectrales que debían corresponder a una impureza. En 1901, en sus intentos de purificar el samario pudo aislar dicha impureza y determinar que tenía que ser un nuevo elemento. Lo bautizó europio en honor al viejo continente europeo.
Hoy en día es complicado encontrarlo en la naturaleza, aunque su uso va en aumento: se emplea, principalmente, para producir catalizadores y pulir cristales, aunque cada vez se emplea más en las pantallas LED de los televisores de última generación para fortalecer el color rojo. Sin embargo, una de sus propiedades más interesantes es la fluorescencia de muchas de sus sales. Esto significa que estos compuestos son capaces de emitir luz tras haber absorbido, previamente, una cierta cantidad de energía.
Por ello, y como curiosidad que tal vez no sepas, el europio es uno de los elementos que se usa en los billetes de euro como medida de seguridad. La mayoría de los europeos, sabemos que la UE utiliza varios mecanismos de seguridad en los billetes de euro para evitar que sean falsificados: la famosa marca de agua, la banda holográfica, el algoritmo de la numeración… Sin embargo, lo que no es tan conocido es el extraño elemento químico que las fábricas de moneda y timbre utilizan en la tinta que acaba impresa en los billetes para saber, cuándo es falso y cuándo no: el europio.
Por supuesto, la composición exacta de los compuestos que se usan para teñir las fibras que se introducen en los billetes de euro es secreta y sólo el Banco Central Europeo la conoce. Pero gracias a unos investigadores de la Universidad de Utrech, F. Suijver y A. Meijerink, que analizaron el color exacto emitido por las fibras fluorescentes en 2002, podemos saber que las rojas son europio enlazado en un complejo con dos moléculas de tipo acetona, las verdes son mezclas de europio, estroncio, galio y azufre y las azules un complejo de europio con óxidos de bario y aluminio.
Fuentes
cardescu.es/lxiii-carnaval-quimica-cardescu/
isqch.wordpress.com/2014/01/17/tierras-raras-ii-europio/
elespiritudegalileo.blogspot.com/2016/08/tierras-raras-de-la-tabla-periodica.html
Imagen principal: wikipedia Electron_shell_063_Europium.svg: Pumbaa (original work by Greg Robson)
Imagen billete: wikipedia By repro by H. Grobe [ECB decisions ECB/2003/4 and ECB/2003/5 or CC BY 3.0 ], from Wikimedia Commons
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