A pesar que es algo que prácticamente ya está obsoleto, internet evoluciona a una velocidad vertiginosa, hasta hace muy poco se veía en muchas páginas y blogs, y aunque actualmente la mayoría utilizan otro sistema para determinar si eres un robot o no, te recomiendo que sigas leyendo ya que puede serte tremendamente interesante la historia que hay detrás de ellos, ni más ni menos que la prueba de Turing.
Todos navegando por internet nos hemos encontrado un captcha, puede que el nombre a priori no te diga nada, pero si te digo que son las letras y/o números distorsionados y retorcidos que tenemos que escribir, por ejemplo para descargar o visualizar un archivo, entenderás a qué me refiero.
El fin del captcha es muy sencillo, se trata de una prueba para determinar si el usuario es humano o no, suponiendo que una máquina no es capaz de comprender e introducir la secuencia de forma correcta, por lo que solamente una persona puede hacerlo. De lo que se trata con su uso es evitar que robots, también llamados bots, puedan participar en encuestas, foros de discusión o que puedan enviar correo basura o spam.
Más concretamente, captcha es el acrónimo de Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart (prueba de Turing completamente automática y pública para diferenciar computadoras de humanos). Esto nos lleva a preguntarnos ¿qué es la prueba de Turing?
La prueba de Turing consiste en una prueba desafío-respuesta. Hay un juez, una máquina y un ser humano separados en habitaciones diferentes. El juez va realizando preguntas y en base a la respuestas que recibe de cada uno, debe descubrir cuál es el ser humano y cuál es el ordenador. La tesis de Turing parte de la base que la inteligencia es una cualidad solamente humana, al presentar una prueba que para resolverla requiera inteligencia el juez podrá distinguir quién es el ser humano y quién la máquina. En realidad un captcha es un test de Turing inverso, ya que el papel del juez no lo realiza una persona sino un ordenador, es decir, un ordenador mediante el captcha decide si el usuario que se está conectando es una persona o una máquina.
Conozcamos un poco más a Alan Turing: mátemático británico, es considerado una de las piezas clave en el mundo de la computación, además de contribuir decisivamente en campos como la informática teórica y la criptografía. En 1936 publicó un célebre artículo en el que definió una máquina calculadora de capacidad infinita (máquina de Turing) que operaba basándose en una serie de instrucciones lógicas, sentando así las bases del concepto moderno de algoritmo. Así, Turing describió en términos matemáticos precisos cómo un sistema automático con reglas extremadamente simples podía efectuar toda clase de operaciones matemáticas expresadas en un lenguaje formal determinado.
En un artículo publicado por él en el año 1950, «Computing Machinery and Inteligence«, Turing apuntaba el hecho de sí las máquinas pueden pensar o no, para sacar conclusiones sobre ello el matemático desarrolló el test o prueba de Turing.
La Segunda Guerra Mundial ofrecería un insospechado marco de aplicación práctica de sus teorías, al surgir la necesidad de descifrar los mensajes codificados que la Marina alemana empleaba para enviar instrucciones a los submarinos que hostigaban los convoyes de ayuda material enviados desde Estados Unidos. Turing, al mando de una división del servicio de Inteligencia británico, diseñó tanto los procesos como las máquinas que, capaces de efectuar cálculos combinatorios mucho más rápidamente que cualquier ser humano, siendo decisivos en la ruptura final del código.
No parecía que había tanta historia detrás del simple hecho de teclear unos numeritos ¿verdad? Aún así los captcha, presentan algunos problemas, cada vez son más difíciles para las personas, es decir, se aplican más variaciones, más distorsiones y se introduce más ruido para dificultar la resolución por parte de los ordenadores. En concreto, los captchas bloquean el acceso a muchos usuarios que padecen visión reducida, como pueden ser los daltónicos que tienen dificultades para distinguir algunas combinaciones de colores o las personas que usan magnificadores de pantalla para ampliar el tamaño de lo que se visualiza en una pantalla, y que pueden tener graves problemas para distinguir el texto que se muestra en un captcha. Además, las personas con dislexia, también pueden tener problemas a la hora de interpretar el texto que contiene un captcha.
También, es evidente, las personas ciegas que utilizan un lector de pantalla no pueden contestar los captcha basados en imágenes con texto en su interior, ya que estas imágenes no pueden incluir en el atributo «alt» de la etiqueta <img> el texto que aparece escrito en los captchas, ya que entonces un ordenador también lo podría leer y podría pasar la prueba.
Por cierto, ¿te has fijado que en muchos de ellos en la zona de la derecha pone rechaptcha?, si te interesa qué es te lo explicaré en un próximo artículo 😉 Si alguna vez has sentido curiosidad por saber para qué sirven los captchas realmente, aparte de ser una pequeña molestia, espero que te haya quedado más claro su uso.
Fuentes
http://www.captcha.net/
http://www.w3.org/TR/turingtest/
http://www.upf.edu/pdi/dcom/xavierberenguer/recursos/fig_calc/_9_/estampes/2_3.htm
http://www.nature.com/news/the-man-behind-the-machine-1.10080
Sergio Luján-Mora. «¿Qué es un CAPTCHA? Problemas de accesibilidad»
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